Elecciones en Estados Unidos. Un pueblo que vota, pero no elige. Esa frase resume el caos en la "democracia" de la decadente nación del norte de América. Un obsoleto sistema de elecciones de más de 200 años lo evidencia. Y es que al ciudadano estaunidense le han hurtado, con asombrosa alevosía, dolo y ventaja..su derecho a elegir. La dinámica un ciudadano un voto, no existe en la "Primera democracia de occidente". Los adalides de la libertad y democracia, su gobierno, no reconocen a formaciones políticas que no ostenten innumerables sumas de dinero para pagar sus campañas. La oferta política electoral se reduce en la sempiterna rueda de caballitos. Dos caballitos: el partido demócrata y el partido republicano.
Para poder votar los estaunidenses deben estar sometidos al más complicado sistema electoral. La doble o triple moral imperial estaunidense, los ha llevado incluso a negar a una de los mas democráticos sistemas electorales en la tierra, el sistema electoral cubano. Los votantes Estaunidenses deben estar inscritos y el la inscripción deben asignar domicilio, mismo que si perdieran o cambiaran sin "reportar" a la autoridad electoral provocaría la pérdida arbitraria del derecho al voto establecido en esa constitución bicentenaria. De todo ello nadie le avisa nada al elector, porque en Estados Unidos, el voto no es obligatorio. En ese país, se vota por delegados nombrados por los partidos, que a su vez forman los colegios electorales. La suma de éstos forma el voto electoral, que puede variar entre uno y otro estado. El ganador, por mínima que sea la diferencia se lo lleva todo, sin medias tintas, sin segundos lugares anulando así la voluntad popular. De esa forma, es que ha habido presidentes, y entre ellos Jorge "Mister Danger" Bush, que fueron electos con 300 mil votos menos que su contrincante, debido a esa forma irracional y obsoleta de elegir presidentes. De 538 votos electorales distribuidos en los 50 estados de la unión americana, para ganar, un presidente necesita 270 votos electorales, que no son los mismos que los votos ciudadanos.
De este relajo, resulta ganador Obama, que con mas de 300 votos electorales se convirtió en primer presidente afro descendiente. En sus discursos Obama habló del retiro gradual de las tropas en Irak, pero a la vez prometió el incremento de las tropas en Afganistán. Obama hablo de "liderazgo", y como todos sabemos Estados Unidos, el país más antidemocrático del mundo, se jacta de ser en nombre de la libertad y democracia el estado guerrerista al que se le adjudican las mas atroces violaciones a los derechos humanos y la autodeterminación de los pueblos. En su patético palmarés descansa el genocidio y el internvencionismo avalado por uno, tras otro y tras otro presidente.
Obama nunca habló de retirar las tropas imperiales en toda la tierra, del respeto a la determinación de los pueblos, jamás se le escuchó hablar del retiro de la base de Guantánamo, tétrico ejemplo de las cínicas violaciones a los Derechos Humanos de ese país, nunca habló de una reforma electoral que corrija los fraudulentos procesos de elección, jamás habló del retiro de los muros de la vergüenza en Palestina y México, el retiro de la ayuda armamentista del estado genocida de Israel, del retiro del bloqueo a Cuba, del cumplimiento del protocolo de Kyoto, entre tantas otras cosas que sustituyó con un simple: "Yes, we can" "Si podemos". ¿El que podrá Obama?, ¿Qué le dejaran hacer?. Como no reconocemos distintos de piel, no nos interesa medir la capacidad humana por el color de piel, juzgamos acorde a las ideas, esas ideas que nos obligan a cuestionar el tibio discurso de Obama y la enormidad de la deuda contraída por el imperio con el planeta tierra. La elección de Obama es, sin duda un hecho histórico, pero no nos dejamos deslumbrar, sencillamente porque como dijimos antes, juzgamos ideas, no el color de la piel.
Equipo Mapache
San Salvador, 8 de noviembre de 2008.
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