PARÁBOLA A PARTIR DE LA
VULCANOLOGÍA REVISIONISTA
VULCANOLOGÍA REVISIONISTA
El volcán de Izalco,
como volcán,
era ultraizquierdista.
Echaba lava y piedras por la boca
y hacía ruido y hacía temblar,
atentando contra la paz y la tranquilidad.
Hoy es un buen volcán civilizado
que coexistirá pacíficamente
con el Hotel de Montaña del Cerro Verde
y al cual podremos ponerle en el hocico
fuegos artificiales como los que echan
los diputados populares.
Volcán para ejecutivos
y hasta para revolucionarios y sindicalistas
que saben quedarse en su lugar y no son calenturientos,
ya no será el símbolo de los locos tonantes guerrilleristas
que son los únicos que añoran sus ex-abruptos geológicos.
Proletarios respetables y mansos del mundo,
el Comité Central os invita
a aprender la lección que da el volcán de Izalco:
el fuego ha pasado de moda,
¿Por qué habremos entonces de querer llevarla nosotros
dentro del corazón?
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