Militares ¿la última solución para el país?
Según la publicación del 3 de noviembre de un rotativo matutino, de nuestro país, el 93% de la población está a favor de la salida de militares a las calles para combatir delincuencia, es decir, les ven como la última salida, como la salvación.
Dicha medida fue adoptada por el Ejecutivo y acompañada por el Ministro de Defensa, David Murguía Payés, tiene como base jurídica el articulo 168 de La Constitución de la Republica que en el inciso 12 indica que el gobierno puede “Disponer de la Fuerza Armada para el mantenimiento de la soberanía, el orden, la seguridad y la tranquilidad de la República, y llamar al servicio la fuerza necesaria, además de la permanente, para cumplir tales fines”
Tal parece que todo está en orden, pues la población está contenta y el gobierno tiene su respaldo legal, sin embargo, es un retroceso para los acuerdos de paz militarizar de nuevo las calles de nuestro país, además, es un peligro latente dar poder a los militares, basta recordar las dictaduras militares no sólo del país sino de toda Latinoamérica, aun en la actualidad.
Con lo anterior no se pretende descontextualizar la medida tomada por el presidente sino todo lo contrario, es evidente que el país necesita frenar la ola de homicidios, que, dicho sea de paso, no es un problema nuevo, pues ha sido el talón de Aquiles de las anteriores administraciones.
Pero son 180 días los que la fuerza armada tendrá para “salvar” al país, cabe la pregunta ¿y si no lo logra? Ese es otro punto a revisar, pues la mayoría de población tiene esperanzas en que esta medida los sacará de la violenta realidad en que viven.
Es un reto grande el que se tiene la administración Funes, por un lado debe controlar que los militares no tomen más poder que el que se les ha otorgado y por el otro hacer que logren reducir la tasa de homicidios.
Ahora bien, la población tiene su parte en esto también, es decir, no puede conformase con que un gobierno –independientemente quién sea– les diga que resolverá sus problemas, ya que es la organización popular la única capaz de ello, el gobierno debe ser sólo un instrumento no el fin de todas sus luchas.
La delincuencia no es un fenómeno natural, como se pretende pintar a veces, es el resultado de la mala distribución de las riquezas. También es el resultado de la falta de oportunidades y educación; no se puede pretender que con represión terminará un fenómeno social de tal magnitud, éste se multiplicará al infinito sino se busca una salida integral al mismo.
Por cierto ¿y a los delincuentes de saco y corbata quién les registrará, cateará y capturará?
Equipo Mapache
Sábado 07 de noviembre del 2009