Un solo Muerto es una Catástrofe Nacional.
El sábado 7 de noviembre, para amanecer domingo, El Salvador tuvo que lamentar, desgraciadamente, un nuevo hecho de luto y dolor, provocado por deslizamientos e inundaciones en varios sectores del país y como siempre los que se llevan la peor parte son los pobres.
Aproximadamente 4 horas de intensa lluvia fueron suficientes para vestirnos de duelo nacional, más de un centenar de personas fallecidas y más de 13,000 damnificados.
¿Cuánto más tenemos que esperar?
¿O es que ya se nos olvido los muchos terremotos que nos han sacudido, las muchas tormentas que hemos soportado? El Mitch, Stam, Ida, las miles de inundaciones, que en una ocasión arrastraron un bus en la Málaga, o los fatídicos hechos de la colonia “Las Colinas” en Santa Tecla.
¿Tantos acontecimientos como estos no nos dejan alguna lección?
¿Cuántas experiencias más debemos pasar para ponerle la debida atención a esta problemática?
No podemos seguir estos métodos fracasados cuando tenemos muy buenos ejemplos como lo es Cuba, que en el año recién pasado vivieran una temporada de huracanes de los más fuertes y sin ningún muerto que lamentar, eso gracias a la organización y concientización de las comunidades y la eficiencia de las instituciones, que no esperan que este tipo de eventos sucedan, para después atender las desgracia, sino antes para luego no tener que lamentarse.
Aproximadamente 4 horas de intensa lluvia fueron suficientes para vestirnos de duelo nacional, más de un centenar de personas fallecidas y más de 13,000 damnificados.
¿Cuánto más tenemos que esperar?
¿O es que ya se nos olvido los muchos terremotos que nos han sacudido, las muchas tormentas que hemos soportado? El Mitch, Stam, Ida, las miles de inundaciones, que en una ocasión arrastraron un bus en la Málaga, o los fatídicos hechos de la colonia “Las Colinas” en Santa Tecla.
Esta es toda una problemática de un sistema obsoleto que ha facilitado las condiciones para que cosas como estas y otras peores puedan ocurrir en el país: la tala indiscriminada de árboles , las construcciones de mega centro comerciales, los edificios espectaculares, la cordillera del bálsamo llena de mansiones, las súper carreteras, la falta de una planificación territorial de construcción de viviendas y el sistema capitalista que arremete fuertemente contra los más pobres obligándolos a construir sus viviendas en lugares que representan un alto riesgo como lo son las orillas de ríos y quebradas.
¿Tantos acontecimientos como estos no nos dejan alguna lección?
¿Cuántas experiencias más debemos pasar para ponerle la debida atención a esta problemática?
Señor, Primer empleado de la República:
Es hora de replantearnos los métodos, las políticas y las acciones a tomar para este tipo de hechos.
No podemos seguir utilizando los métodos fracasados de siempre.
Protección Civil debe dejar de ser una dirección en la que solo monitorean a través de una pantalla los fenómenos naturales, debe convertirse en un ministerio que trabaje en el terreno, que mantenga un lazo estrecho con las comunidades, que genere organización, con mayor énfasis en la prevención y mitigación de riesgos, además de la evacuación temprana, a fin de no tener que accionar hasta después que suceden las cosas, para ir a recoger escombros y peor aún buscar los muertos.
Es hora de replantearnos los métodos, las políticas y las acciones a tomar para este tipo de hechos.
No podemos seguir utilizando los métodos fracasados de siempre.
Protección Civil debe dejar de ser una dirección en la que solo monitorean a través de una pantalla los fenómenos naturales, debe convertirse en un ministerio que trabaje en el terreno, que mantenga un lazo estrecho con las comunidades, que genere organización, con mayor énfasis en la prevención y mitigación de riesgos, además de la evacuación temprana, a fin de no tener que accionar hasta después que suceden las cosas, para ir a recoger escombros y peor aún buscar los muertos.
No podemos seguir estos métodos fracasados cuando tenemos muy buenos ejemplos como lo es Cuba, que en el año recién pasado vivieran una temporada de huracanes de los más fuertes y sin ningún muerto que lamentar, eso gracias a la organización y concientización de las comunidades y la eficiencia de las instituciones, que no esperan que este tipo de eventos sucedan, para después atender las desgracia, sino antes para luego no tener que lamentarse.
En estos casos una sola muerte es una catástrofe nacional.
Equipo Mapache
San Salvador 14 de Noviembre de 2009
San Salvador 14 de Noviembre de 2009
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