A continuación una selección de tres entregas, ubicadas en el año 2005, de nuestros clásicos editoriales POSICIÓN X. En aquel tiempo se vivía aún el lúgubre régimen arenazi, pero el contenido de fondo es tan vigente en nuestros días y para el provecho de la historia no contada por el capitalismo para las generaciones por venir.
COMO LLEGAMOS A SER “INDEPENDIENTES”. PARTE I.
Este mes se celebran 184 años de la independencia patria. No solo acá en El Salvador, sino en toda Centroamérica y México. El año de 1821, marcó un hito en la historia de nuestra región mesoamericana, lastimosamente un hito que a la postre, sólo trajo beneficios a unos pocos y no a la mayoría del pueblo. 15 de septiembre de 1821 es una fecha que todos y todas recordamos y que, en algún momento, cuando estábamos bichos, esperábamos con ansias. Era el mes para sentirnos patriotas, dueños de esta tierra pequeña. Claro, se nos había enseñado en las escuelas que ese día “nos” habíamos “liberado” del yugo español, gracias a la heroica, decidida y valiente acción de unos cuantos seres humanos llamados “próceres”. Pero poca gente sabe la verdad tras la historia de la independencia de El Salvador. Muchos han querido ocultar lo que realmente ocurrió en aquellos primeros años del siglo XIX, y por poco lo logran, pero como siempre, la verdad a través de la historia sale a la luz. Radio Zurda, voz de jóvenes libres tratará, en una serie de entregas, de dar a conocer datos sobre la historia de la independencia patria, que si bien es cierto, no son desconocidos por algunos, si lo son para las grandes mayorías. En esta primera entrega haremos un breve recuento de nuestro suelo, nuestro patio, nuestras tierras antes que vinieran los “beeep” españoles que vinieran allá por 1492.
América es nuestro continente, el último descubierto por el mundo. Se llama América en honor a Américo Vespucio, cartógrafo y navegante italiano quien entre 1499 y 1502 hizo varios viajes al nuevo continente hasta entonces llamado "la India", y comprobó al circunnavegarlo que era un continente nuevo. Ya para la llegada del hombre europeo en el Siglo XV, Mesoamérica, región que comprendía el sur de México, Guatemala, centro y norte de El Salvador, más el norte de Honduras, tenía cerca de 15 millones de habitantes, y desde tiempos antes de cristo, Mesoamérica había albergado y dado origen a civilizaciones vanguardias que florecieron hasta la llegada y conquista de los españoles. La civilización Olmeca fue la primera en florecer hacia los años 1,200 AC. Otras también se destacaron, entre éstas la Maya.
En Cuzcatlán, región que se extendía desde el Río Paz hasta el Río Lempa y desde Chalatenango hasta el Océano Pacífico; o sea, lo que es hoy el centro y norte de El Salvador, vivían pequeñas tribus mayas post-clásicas migratorias y principalmente los Pipiles quienes eran descendientes de emigrantes tribus Aztecas y Toltecas, lo que nos hace hermanos ancestrales de los mexicanos. La palabra Pipil en lengua náhuatl significa "niño". Originalmente Cuzcatlán se llamó Nequepio, nombre dado por tribus Olmeca y Quiché que habitaban la región antes de las masivas emigraciones del norte a Mesoamérica. Los Pipiles rebautizaron la región como Cuzcatlán debido a la asombrosa fertilidad de las tierras de Nequepio. La palabra náhuatl Cuzcatlán significa "tierra de dicha" (y se compone de dos palabras: cozcatl = "collar", símbolo de la riqueza, y de la palabra tlan= abundancia). Los pipiles eran agricultores, guerreros y alfareros. Sus conocimientos de metalurgia eran limitados, tenían calendario y sistemas de numeración propios, aunque pobres conocimientos astronómicos. Cuzcatlán en aquellos días, estaba ubicada en lo que hoy es Antiguo Cuzcatlán, a ocho kilómetros al sur-occidente del actual San Salvador, en lo que hoy se conoce como Plan de la Laguna. El cacicazgo era hereditario a hijo o hija, y cuando el cacique moría, lo lloraba el pueblo por cuatro días, luego se sepultaba el cuerpo sentado, vestido con sus mejores prendas. Existía un sistema de castas que se establecía así: El noble (Pipiltzin), comerciantes (Pochteca) y artesanos, y últimos en la escala estaban los Plebeyos (Mazeguales). Los matrimonios eran civiles, religiosos y estrictamente monogámicos, el adulterio era severamente castigado. Los hijos guardaban profundo respeto por sus padres hasta la muerte. La tierra estaba parcelada y había nobles o señores (dueños de la tierra), y arrendadores (colonos). Se castigaba el incesto y la fornicación con esclava, la violación, el robo, homicidio, y aún la mentira. Las penas variaban según la falta. En su religión existían tantos dioses como necesidades de supervivencia del pueblo, siendo el Templo de Mita o Mictlán, consagrado a Quetzalcoatl, el más reverenciado templo Pipil, el cual se encontraba a 12 Km., al oeste del lago Güija, del lado guatemalteco. A diferencia de sus progenitores aztecas, los Pipiles no practicaban el sacrificio humano en sus liturgias religiosas.
Desde la conquista-genocidio hasta nuestros días, Cuzcatlán ha sufrido demasiado debido a miembros de una misma familia, o familias, las cuales han usado frases estandartes tales como "religión, libertad, civilización" usada en la conquista por los españoles, así como “dios, unión, libertad” de la primera oligarquía criolla.
Este mes se celebran 184 años de la independencia patria. No solo acá en El Salvador, sino en toda Centroamérica y México. El año de 1821, marcó un hito en la historia de nuestra región mesoamericana, lastimosamente un hito que a la postre, sólo trajo beneficios a unos pocos y no a la mayoría del pueblo. 15 de septiembre de 1821 es una fecha que todos y todas recordamos y que, en algún momento, cuando estábamos bichos, esperábamos con ansias. Era el mes para sentirnos patriotas, dueños de esta tierra pequeña. Claro, se nos había enseñado en las escuelas que ese día “nos” habíamos “liberado” del yugo español, gracias a la heroica, decidida y valiente acción de unos cuantos seres humanos llamados “próceres”. Pero poca gente sabe la verdad tras la historia de la independencia de El Salvador. Muchos han querido ocultar lo que realmente ocurrió en aquellos primeros años del siglo XIX, y por poco lo logran, pero como siempre, la verdad a través de la historia sale a la luz. Radio Zurda, voz de jóvenes libres tratará, en una serie de entregas, de dar a conocer datos sobre la historia de la independencia patria, que si bien es cierto, no son desconocidos por algunos, si lo son para las grandes mayorías. En esta primera entrega haremos un breve recuento de nuestro suelo, nuestro patio, nuestras tierras antes que vinieran los “beeep” españoles que vinieran allá por 1492.
América es nuestro continente, el último descubierto por el mundo. Se llama América en honor a Américo Vespucio, cartógrafo y navegante italiano quien entre 1499 y 1502 hizo varios viajes al nuevo continente hasta entonces llamado "la India", y comprobó al circunnavegarlo que era un continente nuevo. Ya para la llegada del hombre europeo en el Siglo XV, Mesoamérica, región que comprendía el sur de México, Guatemala, centro y norte de El Salvador, más el norte de Honduras, tenía cerca de 15 millones de habitantes, y desde tiempos antes de cristo, Mesoamérica había albergado y dado origen a civilizaciones vanguardias que florecieron hasta la llegada y conquista de los españoles. La civilización Olmeca fue la primera en florecer hacia los años 1,200 AC. Otras también se destacaron, entre éstas la Maya.
En Cuzcatlán, región que se extendía desde el Río Paz hasta el Río Lempa y desde Chalatenango hasta el Océano Pacífico; o sea, lo que es hoy el centro y norte de El Salvador, vivían pequeñas tribus mayas post-clásicas migratorias y principalmente los Pipiles quienes eran descendientes de emigrantes tribus Aztecas y Toltecas, lo que nos hace hermanos ancestrales de los mexicanos. La palabra Pipil en lengua náhuatl significa "niño". Originalmente Cuzcatlán se llamó Nequepio, nombre dado por tribus Olmeca y Quiché que habitaban la región antes de las masivas emigraciones del norte a Mesoamérica. Los Pipiles rebautizaron la región como Cuzcatlán debido a la asombrosa fertilidad de las tierras de Nequepio. La palabra náhuatl Cuzcatlán significa "tierra de dicha" (y se compone de dos palabras: cozcatl = "collar", símbolo de la riqueza, y de la palabra tlan= abundancia). Los pipiles eran agricultores, guerreros y alfareros. Sus conocimientos de metalurgia eran limitados, tenían calendario y sistemas de numeración propios, aunque pobres conocimientos astronómicos. Cuzcatlán en aquellos días, estaba ubicada en lo que hoy es Antiguo Cuzcatlán, a ocho kilómetros al sur-occidente del actual San Salvador, en lo que hoy se conoce como Plan de la Laguna. El cacicazgo era hereditario a hijo o hija, y cuando el cacique moría, lo lloraba el pueblo por cuatro días, luego se sepultaba el cuerpo sentado, vestido con sus mejores prendas. Existía un sistema de castas que se establecía así: El noble (Pipiltzin), comerciantes (Pochteca) y artesanos, y últimos en la escala estaban los Plebeyos (Mazeguales). Los matrimonios eran civiles, religiosos y estrictamente monogámicos, el adulterio era severamente castigado. Los hijos guardaban profundo respeto por sus padres hasta la muerte. La tierra estaba parcelada y había nobles o señores (dueños de la tierra), y arrendadores (colonos). Se castigaba el incesto y la fornicación con esclava, la violación, el robo, homicidio, y aún la mentira. Las penas variaban según la falta. En su religión existían tantos dioses como necesidades de supervivencia del pueblo, siendo el Templo de Mita o Mictlán, consagrado a Quetzalcoatl, el más reverenciado templo Pipil, el cual se encontraba a 12 Km., al oeste del lago Güija, del lado guatemalteco. A diferencia de sus progenitores aztecas, los Pipiles no practicaban el sacrificio humano en sus liturgias religiosas.
Desde la conquista-genocidio hasta nuestros días, Cuzcatlán ha sufrido demasiado debido a miembros de una misma familia, o familias, las cuales han usado frases estandartes tales como "religión, libertad, civilización" usada en la conquista por los españoles, así como “dios, unión, libertad” de la primera oligarquía criolla.
La primera familia en aprovecharse de usar estas frases, fue la familia del conquistador español Pedro de Alvarado. Pedro de Alvarado nació en Badajoz, Extremadura, en el seno de una numerosa familia noble de España. En 1510 viajó con sus cuatro hermanos Jorge, Gonzalo, Diego y Gómez hacia América. La familia llega a Cuba y luego se traslada a Veracruz, México. Allí, bajo las órdenes de Hernán Cortés, participan en la conquista de México. Hernán Cortés, ávido de conquista, encarga a Pedro de Alvarado, la conquista de Guatemala y Cuzcatlán. Salieron de México el 6 de Diciembre de 1523, con 500 soldados de infantería, 120 de caballería, 200 indios Tlaxcaltecas, 100 Méxicas, 4 piezas de artillería, 40 caballos de reserva, y abundante pertrecho militar. Pedro de Alvarado era "rubio, ojos claros, por lo cual los indios le llamaban Tonatiuh -dios del sol-", refiere Jorge Lardé y Larín en su libro "El Salvador: Descubrimiento, Conquista, Colonización". Comenzó la campaña en Guatemala devorando el pueblo fronterizo de Quiché, a quienes lastimosa y finalmente derrota en Quetzaltenango, batalla en la cual, muere, combatiendo feroz y valientemente, su gran cacique Tecún Umán. Alvarado contó con la ayuda traicionera de varias pequeñas tribus, principalmente de los Cachiqueles. Después de masacrar a todas las tribus del área, incluyendo las tribus traidoras, Pedro de Alvarado y sus hermanos se apoderaron de toda Guatemala, la cual pasó a ser parte de la corona española.
En Junio de 1524, partió de Ixinché (capital de los Cachiqueles) la primera campaña contra Cuzcatlán por la familia Alvarado, con pocas tropas españolas, pero con un cuantioso número de indios. Comenzó la masacre en Escuintla, y ya en territorio cuzcatleco llega a Nahuizalco y lo encuentra desolado, los habitantes se habían escondido en los montes, llega a Izalco y sucede lo mismo, llega a Acatepec y lo mismo. Luego llega a Acaxual, ciudad ubicada al este del hoy, puerto de Acajutla. Pero fue cerca de Tacuxcalco, en donde los españoles encontraron la primera resistencia abierta de los Pipiles. Una resistencia férrea y aguerrida. Luego se da en Tacuxcalco, la primera gran batalla de muchas que se avecinaban, batalla que le pronosticaba a Alvarado un camino tortuoso por el cual caminar. Así comenzó la lucha por Cuzcatlán entre los españoles y nuestros grandiosos indígenas…
Equipo Mapache
San Salvador, septiembre 10, 2005.
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