CIR(C)O CRUZ ZEPEDA 
Con un cuarto de siglo viviendo de la burocracia parlamentaria y partidaria, luchando contra argumentos políticos y jurídicos para mantenerse de diputado, el Circo del honorable diputado Cruz Zepeda parece –nuevamente– dar sus últimas funciones.
Basta recordar que en el 2006 Cruz Zepeda perdió la batalla por su diputación, por ello terminó en el Parlamento Centroamericano. Sin embargo, como regalo en el día de los trabajadores, el año pasado con 47 votos de los partidos ARENA, PDC y PCN, fue elegido presidente de la Asamblea Legislativa, en medio de protestas en su contra en el propio salón azul.
El FMLN –quien de acuerdo a la aritmética y lógica simple le correspondía la presidencia primer órgano del Estado– quedó a la espera de el cumplimiento del protocolo de entendimiento modificado hace un año y firmado con ARENA, PDC y PCN.
Sin embargo Cruz Zepeda ha dicho, en las últimas semanas, que varias fracciones políticas le han solicitado que continúe al frente de la Asamblea Legislativa, dando indicios para pensar que un nuevo pacto oscuro de la derecha se planea para romper con lo que ellos mismos han suscrito.
Pero más allá de eso, Cruz Zepeda ha demostrado lo débil de la democracia representativa, al burlar no sólo a los ciudadanos que se oponen a que el continúe al frente del órgano legislativo, sino también a sus mismos militantes políticos, quienes, en más de una ocasión, le han externado verbal y electoralmente su rechazo.
Líder forzoso de un partido, que aunque muchos lo crean inofensivo, es el mayor beneficiado en cualquier elección, a pesar de su risible cantidad de votos. Partido resucitado mil veces, partido al cual cada uno de los ciudadanos paga su existencia y lujos a través de impuestos.
Esperamos que en esta ocasión los políticos de derecha muestren un poco de recato y cumplan con el protocolo de entendimiento y que en lugar de hacer “movidas políticas” la oposición inicie el camino de la lucha de las ideas, beneficiando a una sociedad cansada de atropellos políticos y de circo sin pan.
San Salvador 23 de octubre de 2010
Equipo Mapache
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