Paro de transporte, paro en salud, paro en el seguro social, paro en las fronteras ¿casualidad?
En las últimas semanas hemos sido testigo de evidentes ejercicios desestabilizadores. El más reciente el paro de labores de los trabajadores de salud; quienes se han tomado por varios días decenas de hospitales de la red nacional, privando del derecho a la salud a cientos de pacientes.
Los sindicalistas aseguran que sus acciones responden a la necesidad de un bono navideño por trescientos dólares, que implicaría un desembolso de más de cinco millones de dólares.
Si bien es cierto que la red nacional de salud está falta de recursos, de personal y de infraestructura, el Ministerio está promoviendo una iniciativa para implementar un nuevo modelo de atención: la reforma de salud. La reforma busca llevar la salud a aquellas personas que han sido excluidas por el sistema a lo largo de los años y mejorar los servicios que se prestan a los pacientes brindándoles atención especializada.
Cuando el ministerio lanzó la reforma fue altamente criticada por los sindicatos de salud y sectores de derecha argumentando que no se cuenta con los fondos suficientes para llevarla a cabo. Respecto a estos últimos es bastante conocido su interés en que esta reforma no se lleve a cabo, pues toca intereses empresariales, los de la industria farmacéutica no el menor de ellos.
Respecto a los sindicalistas, ya hemos sido testigos en otras ocasiones de cómo, lastimosamente, el espíritu de los sindicatos de trabajadores han sido corrompidos por grupos de poder que suelen ofrecer bolsillos llenos a sus principales dirigentes o espacios en proyectos políticos que terminan siendo oportunidades de empleo haciendo nada. Dinero fácil.
No es tan descabellado pensar entonces que este paro ha sido endulzado por aquellos sectores de derecha. De hecho, desde que el cierre y cese de labores en algunos hospitales inició, son muchos los miembros de esta ala que señalan que se están cometiendo errores en la administración del sector salud y expresan su apoyo a los sindicalistas.
Habrá que imaginar cuan preocupados están estos sectores de derecha de que sus intereses económicos resulten afectados con la reforma de salud como para cometer la incoherencia, dentro de la misma lógica del pensamiento empresarial conservador, de apoyar a los trabajadores.
Sin embargo, no hay que desestimar la lucha sindical. Esta es legítima en la medida que las condiciones para los trabajadores en el contexto de la crisis económica son peores que nunca. Pero no hay que dejar de lado la conciencia social tras estas luchas: la conciencia de que solo juntos los trabajadores lograremos construiremos una sociedad mejor. En este sentido, privar al resto de los ciudadanos trabajadores de algo tan vital como lo es la salud representa una regresión, dar un paso atrás y hacer más grandes las fisuras entre los intereses de la población.
Equipo Mapache
16 de octubre de 2010.
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