OBAMA: NUEVOS PLANES, IDÉNTICAS ESTRATEGIAS
El 20 de enero de 2009 Barack Obama se convierte en el primer presidente de color en Estados Unidos, muchas eran las expectativas, no tanto por una transformación radical en la política estadunidense, sino en espera de reformas migratorias y mayor respeto a la autonomía de los pueblos.
A los pocos meses de su ascenso la decepción era total en los sectores progresistas y de izquierda a nivel mundial ya que la ocupación en Afganistán no logró ser controlada por el mandatario, posteriormente, durante la coyuntura del golpe de estado en Honduras, apenas aportó un par de discursos a favor de la restitución del presidente constitucional depuesto, ninguna acción, tiempo después hasta avaló las elecciones realizadas en el país bajo un régimen de facto.
Obama como única buena noticia dio por terminada la guerra en Iraq, todo esto luego de garantizar que el petróleo estuviera controlado –de nuevo– por las compañías extranjeras, irónicamente siguió construyendo grandes bases donde habrá tropas estadounidenses, para controlar, de alguna forma, la influencia iraní en el país.
En los últimos días nos recordó el mediocre papel que juega la casa blanca, cuando de soberanía nacional de terceros se trata. El pueblo Egipcio salió a las calles por 18 días continuos para derrocar al dictador Hosni Mubarak, Obama no mostró su apoyo total en ningún momento al pueblo, más bien pidió una “transición democrática”; Mubarak renunció a la presidencia, dejo el poder a su mano derecha y vicepresidente del país, Omar Suleiman, como garantía de continuidad del régimen.
Y es que Obama posiblemente no estaba tan feliz con la lucha del pueblo egipcio porque Mubarak tenía excelentes relaciones con Israel y en cierto modo se había constituido su vocero para los conflictos entre Israel y Palestina.
Estas y otras acciones solo confirmaron los temores de los que algunas vez esperaron una cambio en la política exterior de Estados Unidos: Obama es una continuación de Bush, igual que Bush fue una continuación de Clinton, y Clinton de Bush padre. La política imperial de Estado Unidos continúa, Obama será garantía de una buena sonrisa y un buen ataque de nuevos planes pero idénticas estrategias.
Equipo Mapache
19 de febrero de 2011
El 20 de enero de 2009 Barack Obama se convierte en el primer presidente de color en Estados Unidos, muchas eran las expectativas, no tanto por una transformación radical en la política estadunidense, sino en espera de reformas migratorias y mayor respeto a la autonomía de los pueblos.A los pocos meses de su ascenso la decepción era total en los sectores progresistas y de izquierda a nivel mundial ya que la ocupación en Afganistán no logró ser controlada por el mandatario, posteriormente, durante la coyuntura del golpe de estado en Honduras, apenas aportó un par de discursos a favor de la restitución del presidente constitucional depuesto, ninguna acción, tiempo después hasta avaló las elecciones realizadas en el país bajo un régimen de facto.
Obama como única buena noticia dio por terminada la guerra en Iraq, todo esto luego de garantizar que el petróleo estuviera controlado –de nuevo– por las compañías extranjeras, irónicamente siguió construyendo grandes bases donde habrá tropas estadounidenses, para controlar, de alguna forma, la influencia iraní en el país.
En los últimos días nos recordó el mediocre papel que juega la casa blanca, cuando de soberanía nacional de terceros se trata. El pueblo Egipcio salió a las calles por 18 días continuos para derrocar al dictador Hosni Mubarak, Obama no mostró su apoyo total en ningún momento al pueblo, más bien pidió una “transición democrática”; Mubarak renunció a la presidencia, dejo el poder a su mano derecha y vicepresidente del país, Omar Suleiman, como garantía de continuidad del régimen.
Y es que Obama posiblemente no estaba tan feliz con la lucha del pueblo egipcio porque Mubarak tenía excelentes relaciones con Israel y en cierto modo se había constituido su vocero para los conflictos entre Israel y Palestina.
Estas y otras acciones solo confirmaron los temores de los que algunas vez esperaron una cambio en la política exterior de Estados Unidos: Obama es una continuación de Bush, igual que Bush fue una continuación de Clinton, y Clinton de Bush padre. La política imperial de Estado Unidos continúa, Obama será garantía de una buena sonrisa y un buen ataque de nuevos planes pero idénticas estrategias.
Equipo Mapache
19 de febrero de 2011
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