03 octubre 2008

¡Otra victoria para Latinoamerica!


¡Viva el pueblo del Ecuador, Viva Latinoamerica!

SUMAK KAWSAY


El 28 de septiembre pasado el joven presidente de Ecuador, Rafael Correa, sometió a consulta popular si se aprobaba o no el texto de la Nueva Constitución Política de la República elaborado por la Asamblea Constituyente. Con el 98,69 de los votos escrutados, el "Sí" a la nueva Constitución ganó ampliamente con el 63,94 %, el "No" obtuvo el 28,08 %, mientras que se dieron como nulos el 7.23 % y los votos en blanco fueron el 0.74 %. Correa no ganó únicamente en la provincia de Guayaquil, bastión de la derecha, pero los resultados oficiales lanzaron una verdad arrolladora: el opositor y alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot triunfó de manera pírrica con un 47% de los votos por el “No” contra el 42% de votos por el “Si”, lo que significa una clara, contundente y aplastante victoria de las mayorías populares en prácticamente todo el Ecuador.

Una mentirosa pero debilucha oposición intentó inclinar la balanza del electorado hacia el “No”, pero ni los perversos medios de comunicación, ni las conservadoras iglesias, ni el elitista empresariado, ni los apátridas millonarios, ni el financiamiento gringo a la oposición, pudieron detener la firme decisión del pueblo ecuatoriano de apoyar a Rafael Correa y su proyecto de la nueva Constitución.

Es innegable que se trata de un triunfo de Latinoamérica y Ecuador, de Correa y su “Revolución Ciudadana”. La nueva Constitución le permitirá controlar todos los poderes del Estado. Desde ahora y hasta que se celebren las elecciones presidenciales, legislativas y regionales en febrero de 2009, Rafael Correa podrá gobernar con un remedo de órgano legislativo (el “congresillo”) que saldrá de la fenecida Asamblea Constituyente. Por medio de éste podrá elegir a la Corte de Justicia, a los miembros de los organismos electorales, a los integrantes del Concejo de Participación Ciudadana y Control Social, al Contralor, al Defensor del Pueblo, al Fiscal General, al Procurador y a los superintendentes de las compañías de telecomunicaciones y de seguros.

No cabe duda que el joven estadista es todo un fenómeno en su país. Después de que desde 1997, ningún mandatario ecuatoriano lograba terminar su período presidencial, el carismático Correa ha obtenido tres triunfos en igual número de años desde que llegó al poder. En noviembre del 2006, ganó la presidencia en segunda vuelta con casi 13 puntos de diferencia sobre el magnate bananero Álvaro Noboa; meses después, su propuesta de instalar una Asamblea Constituyente fue aprobada con casi el 82% de los votos y luego sus aliados coparon 78 de los 130 escaños disputados en la elección de asambleístas en septiembre de 2007. Su movimiento Alianza País ya adelantó que el actual presidente será su candidato en el 2009 y llamó a las fuerzas progresistas a cerrar filas en torno a él, para impedir cualquier posibilidad de que la derecha regrese al poder. Así, Correa tiene todo el camino allanado para reelegirse y acelerar sus bastante responsables reformas socialistas, que, entre otras cosas, otorga al Estado un mayor control en sectores estratégicos, tales como el energético y el petrolero. “Sumak kawsay”, o sea, “buen vivir” en lengua quechua, será el eje del nuevo marco institucional que prometió el presidente a todo un pueblo ávido de cambios.

El recién triunfo del pueblo ecuatoriano ha dejado un mensaje para la maldita gentuza de la derecha salvadoreña que a toda costa quiere retener un poder que ya es insostenible: ya no se puede engañar más a los pueblos oprimidos, ya hemos aprendido lo suficiente. Un verdadero triunfo de la democracia se vivió en el país del sur y otro revés para los intereses de Washington sobre la América Latina que cada vez más se para, infla su pecho, camina y alza su cabeza libre, altiva y soberana.

Equipo Mapache.
San Salvador, octubre 4, 2008.

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