02 mayo 2011

La Resistencia (Ernesto Sabato)

En ocasión de la perdida física del escritor argentino, Ernesto Sabato, publicamos la quinta carta del libro “La Resistencia”, como un pequeño homenaje a este autor tan importante para la mayoría de los miembros del Equipo Mapache. Sin duda alguna, un faro ético para Latinoamérica y el mundo, que seguirá vivo en sus letras.

La Resistencia

Son los expulsados, los proscriptos, los ultrajados, los despojados de su patria y de su terruño, los empujados con brutalidad a las simas más hondas. Ahí es donde están los catecúmenos de hoy.
E. JÜNGER

LO PEOR ES EL VÉRTIGO.
En el vértigo no se dan frutos ni se florece. Lo propio del vértigo es el miedo, el hombre adquiere un comportamiento de autómata, ya no es responsable, ya no es libre, ni reconoce a los demás.
Se me encoge el alma al ver a la humanidad en este vertiginoso tren en que nos desplazamos, ignorantes atemorizados sin conocer la bandera de esta lucha, sin haberla elegido.
El clima de Buenos Aires ha cambiado. En las calles, hombres y mujeres apresurados avanzan sin mirarse pendientes de cumplir con horarios que hacen peligrar su humanidad. Ya sin lugar para aquellas charlas de café que fueron un rasgo distintivo de esta ciudad, cuando la ferocidad y la violencia no la habían convertido en una megalópolis enloquecida. Cuando todavía las madres podían llevar a sus hijos a las plazas, o visitar a sus mayores. ¿Se puede florecer a esta velocidad? Una de las metas de esta carrera parece ser la productividad, pero ¿acaso son estos productos verdaderos frutos?
El hombre no se puede mantener humano a esta velocidad, si vive como autómata será aniquilado. La serenidad, una cierta lentitud, es tan inseparable de la vida del hombre como el suceder de las estaciones lo es de las plantas, o del nacimiento de los niños.
Estamos en camino pero no caminando, estamos encima de un vehículo sobre el que nos movemos sin parar, como una gran planchada, o como esas ciudades satélites que dicen que habrá. Ya nada anda a paso de hombre, ¿acaso quién de nosotros camina lentamente? Pero el vértigo no está sólo afuera, lo hemos asimilado a la mente que no para de emitir imágenes, como si ella también hiciese zapping; y, quizás, la aceleración haya llegado al corazón que ya late en clave de urgencia para que todo pase rápido y no permanezca. Este común destino es la gran oportunidad, pero ¿quién se atreve a saltar afuera? Tampoco sabemos ya rezar porque hemos perdido el silencio y también el grito.

En el vértigo todo es temible y desaparece el diálogo entre las personas. Lo que nos decimos son más cifras que palabras, contiene más información que novedad. La pérdida del diálogo ahoga el compromiso que nace entre las personas y que puede hacer del propio miedo un dinamismo que lo venza y les otorgue una mayor libertad. Pero el grave problema es que en esta civilización enferma no sólo hay explotación y miseria, sino que hay una correlativa miseria espiritual. La gran mayoría no quiere la libertad, la teme. El miedo es un síntoma de nuestro tiempo. Al extremo que, si rascamos un poco la superficie, podremos comprobar el pánico que subyace en la gente que vive tras la exigencia del trabajo en las grandes ciudades. Es tal la exigencia que se vive automáticamente, sin que un sí o un no haya precedido a los actos.
La mayoría de la humanidad es empleada de un poder abstracto. Hay empleados que ganan más y otros que ganan menos. Pero ¿quién es el hombre libre que toma las decisiones? Ésta es una pregunta radical que todos hemos de hacernos hasta escuchar, en el alma, la responsabilidad a la que somos llamados.

Creo que hay que resistir: éste ha sido mi lema. Pero hoy, cuántas veces me he preguntado cómo encarnar esta palabra. Antes, cuando la vida era menos dura, yo hubiera entendido por resistir un acto heroico, como negarse a seguir embarcado en este tren que nos impulsa a la locura y al infortunio. ¿Se le puede pedir a la gente del vértigo que se rebele? ¿Puede pedirse a los hombres y a las mujeres de mi país que se nieguen a pertenecer a este capitalismo salvaje si ellos mantienen a sus hijos, a sus padres? Si ellos cargan con esa responsabilidad, ¿cómo habrían de abandonar esa vida?
La situación ha cambiado tanto que debemos revalorar, detenidamente, qué entendemos por resistir. No puedo darles una respuesta. Si la tuviera saldría como el Ejercito de Salvación, o esos creyentes delirantes —quizá los únicos que verdaderamente creen en el testimonio— a proclamarlo en las esquinas, con la urgencia que nos ha de dar los pocos metros que nos separan de la catástrofe. Pero no, intuyo que es algo menos formidable, más pequeño, como la fe en un milagro lo que quiero transmitirles en esta carta. Algo que corresponde a la noche en que vivimos, apenas una vela, algo con qué esperar.

Las dificultades de la vida moderna, el desempleo y la superpoblación han llevado al hombre a una dramática preocupación por lo económico. Así como en la guerra la vida se debate entre ser soldado o estar herido en algún hospital, en nuestros países, para infinidad de personas, la vida está limitada a ser trabajador de horario completo o quedar excluido. Es grande la orfandad que cunde en las ciudades; la gran soledad de la persona original es una de las tragedias del vértigo y de la eficiencia.
La primera tragedia que debe ser urgentemente reparada es la desvalorización de sí mismo que siente el hombre, y que conforma el paso previo al sometimiento y a la masificación. Hoy el hombre no se siente un pecador, se cree un engranaje, lo que es trágicamente peor. Y esta profanación puede ser únicamente sanada con la mirada que cada uno dirige a los demás, no para evaluar los méritos de su realización personal ni analizar cualquiera de sus actos. Es un abrazo el que nos puede dar el gozo de pertenecer a una obra grande que a todos nos incluya.

Si a pesar del miedo que nos paraliza volviéramos a tener fe en el hombre, tengo la convicción de que podríamos vencer el miedo que nos paraliza como a cobardes. Yo he pasado riesgos de muerte durante años. ¿Sin miedo? No, he tenido miedo hasta la temeridad pero no he podido retroceder. Si no hubiese sido por mis compañeros, por la pobre gente con la que ya me había comprometido, seguramente hubiera abandonado. Uno no se atreve cuando está solo y aislado, pero sí puede hacerlo sí se ha hundido tanto en la realidad de los otros que no puede volverse atrás. Cuando trabajé en la CONADEP, de noche soñaba aterrado que aquellas torturas, frente a las cuales yo hubiera preferido la muerte, eran sufridas por las personas que yo más quería. Impávido en el sueño, luego me despertaba angustiado y sin saber cómo seguir, pero horas después no podía negarme a escuchar a quienes pedían que yo los recibiera. No podía, era inadmisible que hubiese dicho que no a esos padres cuyos hijos, en verdad, habían sido masacrados.
Quiero decirles que no lo podía hacer porque ya estaba adentro, involucrado. Así es, uno se anima a llegar al dolor del otro, y la vida se convierte en un absoluto. Las más de las veces, los hombres no nos acercamos, siquiera, al umbral de lo que está pasando en el mundo, de lo que nos está pasando a todos, y entonces perdemos la oportunidad de habernos jugado, de llegar a morir en paz, domesticados en la obediencia a una sociedad que no respeta la dignidad del hombre. Muchos afirmarán que lo mejor es no involucrarse, porque los ideales finalmente son envilecidos como esos amores platónicos que parecen ensuciarse con la encarnación. Probablemente algo de eso sea cierto, pero las heridas de los hombres nos reclaman.
Pero esto exige creación, novedad respecto de lo que estamos viviendo y la creación sólo surge en la libertad y está estrechamente ligada al sentido de la responsabilidad, es el poder que vence al miedo. El hombre de la posmodernidad está encadenado a las comodidades que le procura la técnica, y con frecuencia no se atreve a hundirse en experiencias hondas como el amor o la solidaridad. Pero el ser humano, paradójicamente sólo se salvará si pone su vida en riesgo por el otro hombre, por su prójimo, o su vecino, o por los chicos abandonados en el frío de la calles, sin el cuidado que esos años requieren, que viven en esa intemperie que arrastrarán como una herida abierta por el resto de sus días. Son doscientos cincuenta millones de niños los que están tirados por las calles del mundo.
Estos chicos nos pertenecen como hijos y han de ser el primer motivo de nuestras luchas, la más genuina de nuestras vocaciones.
De nuestro compromiso ante la orfandad puede surgir otra manera de vivir, donde el replegarse sobre sí mismo sea escándalo, donde el hombre pueda descubrir y crear una existencia diferente. La historia es el más grande conjunto de aberraciones, guerras, persecuciones, torturas e injusticias, pero, a la vez, o por eso mismo, millones de hombres y mujeres se sacrifican para cuidar a los más desventurados. Ellos encarnan la resistencia.
Se trata ahora de saber, como dijo Camus, si su sacrificio es estéril o fecundo, y éste es un interrogante que debe plantearse en cada corazón, con la gravedad de los momentos decisivos. En esta decisión reconoceremos el lugar donde cada uno de nosotros es llamado a oponer resistencia; se crearán entonces espacios de libertad que pueden abrir horizontes hasta el momento inesperados.
Es un puente el que habremos de atravesar, un pasaje. No podemos quedar fijados en el pasado ni tampoco deleitarnos en la mirada del abismo. En este camino sin salida que enfrentamos hoy, la recreación del hombre y su mundo se nos aparece no como una elección entre otras sino como un gesto tan impostergable como el nacimiento de la criatura cuando es llegada su hora.

Los hombres encuentran en las mismas crisis la fuerza para su superación. Así lo han mostrado tantos hombres y mujeres que, con el único recurso de la tenacidad y el valor, lucharon y vencieron a las sangrientas tiranías de nuestro continente. El ser humano sabe hacer de los obstáculos nuevos caminos porque a la vida le basta el espacio de una grieta para renacer. En esta tarea lo primordial es negarse a asfixiar cuanto de vida podamos alumbrar. Defender, como lo han hecho heroicamente los pueblos ocupados, la tradición que nos dice cuánto de sagrado tiene el hombre. No permitir que se nos desperdicie la gracia de los pequeños momentos de libertad que podemos gozar: una mesa compartida con gente que queremos, unas criaturas a las que demos amparo, una caminata entre los árboles, la gratitud de un abrazo. Un acto de arrojo como saltar de una casa en llamas. Éstos no son hechos racionales, pero no es importante que lo sean, nos salvaremos por los afectos.

El mundo nada puede contra un hombre que canta en la miseria.

01 mayo 2011

Radio Zurda edición 288



Dale “play” a la edición 288 de Radio Zurda y escucha la entrevista que hicimos a miembros de la organización política Bravo Sur de Venezuela, para conocer el proceso que vive su país, las movilizaciones estudiantiles, la situación de los medios de comunicación y otros temas. La música estuvo a cargo de Dame Pa' Matala, Área 23 y Nada. Sin faltar nuestra clásica Posición X.

19 abril 2011

POSICIÓN X: TRANSPARENCIA PARA TODOS

TRANSPARENCIA PARA TODOS

El Salvador tuvo que esperar un par de décadas más, que el resto de los países de Latinoamérica, para contar con una ley de acceso de la información. Esta ley fue ratificada el tres de marzo, de este año, en la Asamblea Legislativa, con 80 votos de 84 diputados que la conforman.

Desde la llegada del actual gobierno, las expectativas de un cambio, en el manejo de las finanzas públicas, renacieron en la población. Sobre todo, porque por primera vez el ejecutivo creaba una Subsecretaría de Transparencia y Anticorrupción.

Las condiciones objetivas también fueron las más favorables: los movimientos sociales, organizaciones civiles, la empresa privada y los partidos políticos coincidieron en que era necesario dar el paso y crear una ley que permitiera a los ciudadanos acceder a la información del Estado. Incluso el otrora partido de gobierno convertido en oposición vio a bien aprobar esta ley, pese a que durante su gestión no fue promovida por ellos, mucho menos aprobada.

Según los expertos hay algunas “ventanas” en la ley, como el hecho de no clasificar como oficiosa la información de los inmuebles que posee el Estado, entre otras cosas. El gobierno por su parte sostiene las instituciones estatales, tal y como están estructuradas, no permiten el buen funcionamiento de la ley y por eso solicitó un año más a la Asamblea Legislativa, bajo el argumento de preparar al Estado para que pueda estar a la altura de las exigencias de esta ley.

Los críticos más optimistas plantean, que si bien la ley no viene a resolver nada por sí misma, será una gran herramienta para toda la población en general. El reto consiste en que los salvadoreños se apropien de ella y la usen para fiscalizar al Estado.

A pesar de este esfuerzo, por trasparentar le gestión pública, no podemos decir que en El Salvador está comprometido con el acceso a la información. Por ejemplo, los sectores más reaccionarios de la derecha, representados por arena, pdc, pcn y gana, superaron –el pasado miércoles– las observaciones que hizo el Presidente de la República a la reforma del artículo 91 del Código Tributario.

De acuerdo a las observaciones, el mandatario pretendía que los contribuyentes declararan los bienes muebles cuyo valor superase los $300 mil.

Sin embargo, la derecha legislativa coincidió en defender a este reducido sector de la población y a la vez dieron herramientas para promover la evasión fiscal. Estos mismos que por un lado se rasgan las vestiduras hablando a favor de la libertad y la transparencia son los que colocan candados a la información cuando se trata de las clases altas.

Ese ejemplo debe servir como lección de que la democracia representativa no defiende los intereses de los más, por ello cada uno de nosotros en nuestras organizaciones, lugares de trabajos o centros de estudio debemos hacer conciencia que uno de los pasos para que el país avance es exigir transparencia para todos.

San Salvador, 16 de abril de 2011
Equipo Mapache

03 abril 2011

POSICIÓN X: LIBIA ¿UN NUEVO AFGANISTÁN, UN NUEVO IRAK?

Libia ¿un nuevo Afganistán, un nuevo Irak?

Tal cual Crónicas de una muerte anunciada, del Nobel de Literatura Gabriel García Márquez, hoy vemos todos los días en los diarios y en la televisión la Crónica de una Guerra anunciada, del no tan Nobel ni noble Presidente de Estados Unidos: Barack Obama.

La susodicha guerra se ha desatado en el norte de África. El efecto domino luego de la sublevación en Túnez tiene como su ultima ficha la tierra Libia, luego de décadas de hegemonías política y militar de Muammar Gaddafi, tal cual conspiración su Gobierno tambalea, se desarticula un miembro del llamado “eje del mal” y ahora las banderas de la libertad, los derechos humanos y la democracia son nuevamente alzados por los países de la OTAN & Compañía.

Estas banderas hoy son nuevamente prostituidas por los intereses económicos de los grandes capitales, al igual que en las guerras que se han dado en la última década, no podemos ser crédulos y pensar que hoy los intereses reales son llevar la paz a un país que estaba en relativa paz.

Qué hay de fondo en este conflicto en Libia, seguramente mucho, pero algunos son:

Por un lado están los intereses del mandatario francés, Nicolás Sarkozy, que van desde levantar su respaldo político hacia las nuevas elecciones, la no compra de aviones franceses por parte del ejercito Libio. Están los intereses también del primer Ministro de Inglaterra con iguales problemas políticos que su par Galo. Y a los gringos que les gusta el olor del petróleo y gastar en armamento… bueno detrás de todos ellos están los grandes petroleros que con un nuevo Gobierno títere como el de Afganistán e Irak podrán hacerse un nuevo festín.

Prueba de lo anterior es que al día de hoy, los campos petroleros en manos de los insurgentes producen entre 100.000 y 130.000 barriles al día, según ha dicho un portavoz de los rebeldes, Ali Tarhoni, añadiendo al mismo tiempo que esperan comenzar la exportación en menos de una semana.

Los rebeldes ya han firmado un acuerdo con Qatar, país que apoya la ofensiva, para comercializar el crudo del territorio oriental de Libia y prevé que las exportaciones se reanuden en los próximos días.

Caído el Bloque Socialista, según la Glasnost, el capitalismo no tendría a su enemigo por lo cual, el capitalismo se vendría abajo, hoy nos damos cuenta que a Gorbachov le erró un poco a su predicción, pues a falta de los “comunistas”, el imperio buscó nuevos enemigos para impedir que los intereses militares y económicos decayeran, es así que ante una nueva guerra en un país petrolero, las empresas bélicas han tenido ganancias de más de 700 mil millones de dólares, las compañías petroleras aprovechan la crisis y mientras ustedes y nosotros pagamos más por el precio del combustible, ellos gozan de las alzas.

Al final, no creamos en las mentiras sobre el porqué de la guerra. Y como dijo Fidel Castro, tras el discurso de Barack Obama, sobre Libia el pasado día 28: “no valió la pena y puede ganarse la vida escribiendo historietas para niños.”

¡No más mentiras! ¡No más guerras por petróleo!

Equipo Mapache

2 de abril de 2011

Radio Zurda edición 286


Los compañeros del Sindicato de Trabajadores y Trabajadoras de Atento El Salvador estuvieron una vez más en Radio Zurda en su edición 286. Con ellos conversamos sobre el estado actual del sindicato y el progreso en la lucha por legitimarse. La música estuvo a cargo de Skalariak y Calle 13. Sin faltar “Dedicados” y la clásica Posición X.

Dedicados (02.04.11)

En la sección “Dedicados” tuvimos la llamada de Obama, para dedicar una canción a Gadafi. Dale play.