27 septiembre 2009

CINCO ESTRELLAS DE PÁLIDO AZUL

POSICIÓN X: CINCO ESTRELLAS DE PÁLIDO AZUL
Tres meses han pasado desde el golpe de estado en la hermana república de Honduras. Hemos sido testigos de cómo el pueblo hondureño ha resistido al régimen de facto y al brutal trato de las fuerzas militares que no respetan absolutamente nada a la hora de reprimir.

Tres meses de ignominia, de asombro y condenas mundiales. Gorilas de saco y corbata se encargaron de hacer retroceder a Honduras un siglo. Hicieron uso del ejército para dar un malogrado golpe de estado, eliminaron la libertad de expresión, implementaron toques de queda, desafiaron torpemente a organismos internacionales, pasaron por encima de toda diplomacia, asesinaron a su mismo pueblo, en fin, toda una verdadera crisis política aún no resuelta.

Todo el mundo con excepción de Estados Unidos han sentado su postura abiertamente: condenar el golpe de estado. Sin embargo, esto no ha sido suficiente para sacar a los retrógrados del gobierno de facto. Sanciones a medias, finitos cierres de fronteras, suspensión de préstamos y visas; todas acciones buenas pero insuficientes. ¿Moraleja? ¡La diplomacia no sirve! O no se aplica bien o con la suficiente fuerza. Ahí están los gorilas, en contra del mundo (menos EU), pero siguen ahí.

Golpes, secuestros, torturas, vejaciones, persecución, muerte, hambre, terror psicológico, cansancio, tristeza y dolor ha experimentado el –hasta hoy- sumiso pueblo hondureño. Pero también ha habido acompañamiento, hermanamiento, voluntad política y lo más importante de todo: amor y solidaridad. Amor por la patria y solidaridad con el desvalido, con el débil. Gracias a eso el pueblo hondureño ha logrado despertar. Han resistido pacíficamente a estos tres meses y, si al final triunfan –eso esperamos tod@s-, le habrán dado una lección de formas de lucha revolucionaria al mundo entero, el caso catracho pasará a ser un hito en la historia moderna latinoamericana.

La derecha gringa y catracha fallaron en sus cálculos, nunca se imaginaron la respuesta del pueblo hondureño, es más –y para bien de la región- , aceleraron el proceso de unificación de las fuerzas progresistas del vecino país. Parafraseando a Hugo Chávez: “La oligarquía no sabe lo que ha hecho. Ha despertado a un gigante… ese gigante es el pueblo hondureño”. Y esto, sin duda alguna, ayudará a toda Centroamérica en su proceso de liberarse del yugo del capitalismo y del imperio yankee.

Honduras es ahora una sola. Una Honduras que ya no quiere el bipartidismo, que quiere a Mel Zelaya de regreso, que desea una Constituyente a como de lugar; una Honduras despierta, abusada, con chispa; y lo mejor de todo, una Honduras con un pueblo organizado, resistente y fuerte.

Equipo Mapache.
San Salvador, septiembre 26, 2009.

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